jueves, 22 de enero de 2015

El camino inverso

Uno de los principales puntos calientes de la categoría Continental desde su creación en 2005 ha sido su auténtica consideración; para unos una etapa de formación en la que foguear a jóvenes sub 23 previo paso al primer nivel, para otros un capítulo más dentro de su trayectoria en el campo profesional. En este blog ya se ha explicado que la definición en cada país depende de la federación nacional, encargada de delimitar unas normas que la UCI redacta de forma amplia. Sirva el ejemplo del modelo italiano, descrito aquí hace un año.

Team Marseille 13
Yendo a un símil futbolístico, la duda radicaría en considerar a los continentales una Segunda División B del ciclismo o bien una liga de filiales. Entre esa complicada ambigüedad se ha movido este inmenso pelotón durante más de una década. Quizá la solución se encuentre en el punto intermedio, dando cabida a jóvenes promesas y a corredores ya formados sin hueco en los primeros niveles capacitados para aportar experiencia a los más noveles.

Si el crecimiento natural en ciclismo es el que lleva de la formación Continental al pelotón World Tour, el camino inverso, la última opción en muchos casos, también cuenta con multitud de ejemplos. Hasta 79 corredores que un día pasaron por la élite de este deporte competirán en 2015 enrolados en un conjunto con las siglas CT. Todos se encuentran recogidos en el archivo excel adjunto al final de este artículo.

El archivo recoge de izquierda a derecha; nombre, equipo actual, nacionalidad, último conjunto World Tour y última temporada en la máxima categoría. Muchos son jóvenes corredores que tras un breve periodo en el primer escalón han vuelto atrás tratando de regresar con más fuerza. Algunos consiguen su objetivo siguiendo este camino. (Adam Blythe, Bert Jan Lindeman o Brian Bulgac son los ejemplos más cercanos en el tiempo). Otros muchos agotan en el campo Continental su andadura como ciclista profesional.

Los azeríes de Synergy Baku y los franceses de Team 13 Marseille partirán con cinco corredores con pasado World Tour, récord absoluto en la categoría, demostrando que se trata en ambos casos de equipos con aspiraciones superiores a las de la mayoría de continentales. Como último apunte, no se contabilizan los denominados stagiaires, los ciclistas a prueba que pasan unos pocos meses en WT antes de regresar al tercer nivel profesional. 

lunes, 19 de enero de 2015

Lewandowski pudo con James Rodríguez

Siempre que una gran prueba por etapas anuncia los equipos invitados para su carrera, aparecen los mensajes de satisfacción y agradecimiento entre los equipos agraciados con una de las escasas plazas libres. Por supuesto, la alegría se limita a aquellos que reciben una de esas pocas invitaciones. Al resto, dolidos, les toca bajar la cabeza y confiar en el trabajo de todo un año como método a largo plazo para abrir esa puerta que le acaban de cerrar.

Partiendo de que cada organización puede otorgar sus invitaciones basándose en los parámetros que le vengan en gana, lo cierto es que los salvoconductos para la edición 2015 del Giro de Italia han resultado tarea casi imposible para la mayoría de equipos de la categoría Profesional-Continental... a menos que ostentasen licencia italiana. 

Mauro Vegni, director de la prueba, ya había confirmado semanas atrás que los cuatro conjuntos transalpinos de la segunda división ciclista recibirían una de las cinco plazas de libre elección: Androni Giocattoli, Bardiani CSF, Nippo-Vini Fantini y Southeast. Por lo tanto, a pesar de que la reducción del World Tour permitía a los organizadores contar con una invitación extra, el margen de maniobra se reducía a esa única plaza. Un premio con muchos pretendientes que ha acabado por llevarse CCC Sprandi Polkowice, el conjunto polaco de Davide Rebellin o Stefan Schumacher.

Uno de los principales cambios en la política de RCS Sport tras la salida de Acquarone y el nombramiento en su puesto de Mauro Vegni fue un vuelco de prioridades. Con el primero, primaban los intereses comerciales y estratégicos en el extranjero, apoyando siempre a los proyectos nacionales; con Vegni, se mantienen los factores pero se altera su orden: apuesta rotunda por los equipos de bandera italiana, tratando de conectar en la medida de lo posible con nuevos e interesantes mercados extranjeros.

Y los beneficiados de esta fórmula han sido los pupilos de Piotr Wadecki, que devolverán al ciclismo polaco a una gran ronda por etapas más de una década después. Sí. CCC Sprandi Polkowice no será el primer equipo de esta nacionalidad en participar en el Giro de Italia. Esta misma estructura tomó la salida en la edición 2003 de la ronda italiana, con un decimosegundo lugar en la general con sello y firma de Dariusz Baranowski y el cuarto puesto de Pavel Tonkov en Terminillo. Aunque no haya cambiado de patrocinador y mantenga su tradicional color naranja, se trata de una estructura remozada de arriba a abajo, con un cuerpo técnico diferente y con objetivos que poco tienen que ver con los de entonces. Como curiosidad, Tomasz Brozyna formaba parte del nueve de CCC de aquel Giro. Hoy, el ex corredor de Banesto entre otros, ocupa el cargo de director deportivo. El trabajo de dar pedales recaerá en su hijo Piotr, que debuta este año como profesional en el equipo de referencia para los jóvenes de su país.

A pesar de que la estructura cuenta con una media docena de promesas nacionales como Kaczmarek, Paluta, Laton o el propio Brozyna, la responsabilidad de destacar en el Giro recaerá en sus veteranos: en los Rebellin, Schumacher, Samoilau, Szmyd, Paterski, Rutkiewicz o Bole. Un equipo de garantías que a buen seguro estará a la altura del nivel deportivo de la carrera. Se podría discutir si Colombia o United Healthcare mejoran o no a los polacos pero los sudamericanos ya han dispuesto de dos oportunidades para demostrar su valía en el Giro. Dos años con más oscuros que claros, sin victorias y con destellos de Fabio Duarte que no han valido para sumar la tercera edición consecutiva. Quizá la solución esté en España.