Si la trayectoria de Alessandro Petacchi fuera llevada al cine, el actor encargado de su interpretación tendría que adaptarse a un papel con una amplia variedad de registros. Su carrera podría definirse de mil formas pero jamás con términos como lineal, regular o uniforme. El speziano dio su primeros pasos en profesionales representando un papel muy secundario, en equipos modestos, casi de serie B, donde sus logros llegaban más por sus atríbutos físicos que por su calidad sobre la bici. De hecho, el primer 'éxito' del italiano fue el título de ciclista más atractivo en una edición de la ronda española, galardón votado por las propias azafatas de la carrera. Para la moral un triunfo muy valorado.
Pero ese papel de galán se alejaba de lo que realmente buscaba un Petacchi con unas condiciones innatas para la velocidad. Un tipo fornido, con unos imponentes 184 centímetros y unos hombros capaces de abrirse paso a través de las volattas más complicadas. Un Chuck Norris disfrazado de Ryan Gosling antes de su gran salto con Drive.