lunes, 12 de mayo de 2014

Un Giro en la B (II): Los papeles de Petacchi

Si la trayectoria de Alessandro Petacchi fuera llevada al cine, el actor encargado de su interpretación tendría que adaptarse a un papel con una amplia variedad de registros. Su carrera podría definirse de mil formas pero jamás con términos como lineal, regular o uniforme. El speziano dio su primeros pasos en profesionales representando un papel muy secundario, en equipos modestos, casi de serie B, donde sus logros llegaban más por sus atríbutos físicos que por su calidad sobre la bici. De hecho, el primer 'éxito' del italiano fue el título de ciclista más atractivo en una edición de la ronda española, galardón votado por las propias azafatas de la carrera. Para la moral un triunfo muy valorado.

Pero ese papel de galán se alejaba de lo que realmente buscaba un Petacchi con unas condiciones innatas para la velocidad. Un tipo fornido, con unos imponentes 184 centímetros y unos hombros capaces de abrirse paso a través de las volattas más complicadas. Un Chuck Norris disfrazado de Ryan Gosling antes de su gran salto con Drive. 

Ese salto, su Drive, llegó de la mano de uno de los directores más aclamados de la época, un Giancarlo Ferretti que estrenaba proyecto en el 2000 y que no dudó en contar con un joven velocista sin grandes triunfos, aunque de aptitudes excepcionales. El speziano dejaba a los Reverberi para vestirse la plata y azul de Fassa Bortolo. Seis años, los mismos que existió la estructura italiana, en los que Petacchi evolucionó de sprinter anónimo a rey de la velocidad mundial. Papel protagonista, premios en todos los festivales de cine de primer nivel y estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Petacchi no pudo mantener su nivel en Milram, donde compartió galones con Erik Zabel y comenzó a perder su cetro de mejor sprinter del mundo. Dignamente, eso sí. Continúo ganando y sumando triunfos en las mejores carreras, pero menos. Su caché perdió valor, aunque lo peor estaba por llegar. Un papel que nunca le hubiera gustado interpretar: un positivo en el Giro 2007. El rol de villano que no hubiera echado en falta en su ya dilatada historia.

Con diez años de trayectoria profesional y victorias en las principales pruebas para velocistas, incluida una Milán-San Remo, Petacchi podría haber optado por la retirada. Sin embargo, LPR le ofreció una segunda oportunidad a mediados de 2008, un paso atrás que relanzaría su carrera con su vuelta a los mejores cines gracias a su fichaje por el equipo Lampre. Lejos ya de un Cavendish superior en la mayoría de escenarios, Ale-Jet seguía plantando cara en las primeras etapas de las grandes vueltas, cuando más potencia guardaban unas piernas que comenzaban a sufrir con la acumulación de esfuerzos.

Ganaba, pero menos, así que se generaron dudas en torno a su rendimiento. Tanto que iniciada la pasada campaña anunció una retirada propia de muchos actores de Hollywood, una retirada a medias, negada poco después y que concluiría con su fichaje por Omega Pharma, donde el transalpino escenificaría el último de sus papeles: el de secundario. Al lado de Lefévere, se ha olvidado de sus pretéritas cualidades de sprinter, reconociendo en Irlanda, en la salida de esta edición del Giro, que ni mucho menos se inmiscuiría en las llegadas masivas. Esa ya no era su batalla. Su labor consistiría en ayudar a que Rigoberto Urán pasara las etapas protegido, cuidado por un corredor que conoce como nadie esta prueba.

Y es que Alessandro Petacchi completa su decimotercera edición del Giro de Italia, donde ha conseguido 22 triunfos de etapa, a pesar de que ha perdido otros cinco por su descalificación de 2007. Ha pasado de anónimo a actor principal. De la rueda que seguía al mejor treno del mundo a la que buscan sus compañeros. Un ciclista que ha sabido reciclarse como pocos, que ha abandonado su papel de estrella para convertirse en un auténtico protagonista de este "Giro en la B".

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